Ya ni siquiera veo la gente
pasar. Ya no me sorprende, ni acaso me alegra su aniquilamiento constante, pues
con el mío me sobra en las mañanas. Bebo un café y me hundo en la pesadilla de
todos los días. Estoy releyendo fragmentos de un libro de Ribeyro, abriendo sus páginas de manera fortuita. Tras la
ventana llueve y entra un olor a carne asada. Gritan unos niños, porque ellos
si pueden gritan mientras uno se desangra en silencio. Las palabras en mis
manos vacías solo sirven para empuñar un arma inexistente. No quiero escuchar
las noticias y ensañarme en que todos estamos muertos y no lo sabemos. Hace
mucho tiempo que no estamos con vida. Salir a la calle es una opción cargada de
miedo. Tantas cosas inútiles por hacer para seguir recreando la farsa. Ya los
sueños están en las marmoletas, el deseo quiere estrangularme con los
genitales. Solo quiero una rosa de cobre y dejarme consumir por la locura de un
muerto que sueña con una vida entre los personajes de un libro, con repetir la
lectura de un libro clásico, con terminar la escritura de un libro de cuentos
supuestamente terminado antes de la muerte de un padre. Vivimos en Comala
aullamos como lobos en la estepa de nuestra soledad insondable, perdida entre
la basura, en la invención de catástrofes distopías y cotidianas con nuevos
dioses famélicos... el humo de la parrillada se filtra por la ventana de mi
cuarto, la carne muerta es sabrosa. ¡Salve el canibalismo en nuestro salvajismo
civilizado! Quiero sin motivo o con un extraño sentido de desvarío premeditado
por el duende, citar aquí a Fernández Mallo: "Hemos puesto el imaginario apocalíptico
y la teoría social al servicio de los hechos, al servicio de la realidad, y no
a la inversa." Las grandes ficciones del siglo XXI han sido y serán
labradas por autómatas con títulos de psicología, sociología y psiquiatría. La humanidad en su infinita insignificancia ha tardado siglos erigiendo la Babel, no de palabras sino de jiña... el café afloja mi tripa... es la hora de la mañana en que pongo mi granito de arena para esa gran empresa... mis más grandes aforismos tienen formas de chorizo o de pasta de dientes... Miro la prensa sensacionalista en el teléfono móvil mientras defeco y no necesito ser un gramático de la ética actual para entender que la estulticia ha sido travestida de filosofía. Revoltijo de miserias, precariedad soberbia de la
ignorancia. El tiempo es el gusano que ciego consume la falacia del caminante. Nadie
se mueve sobre la tierra, nada avanza o duerme por fuera del mundo. No hay géneros solo muertos que caminan y hablan en un silencio amorfo. El astronauta
es el sueño próximo de todos los sensatos suicidas. Una vaca da su ultima gota
de leche rancia a los analfabetos con doctorado en especulación escatológica. La milagrosa cura al fanatismo por la ciencia. La
incisión lobotómica esta optimizada en la virtualidad de avatares de fantasmas, el bisturí de la
ignorancia procura la creación en serie de apofénicos que se proclaman libres
pensantes en las redes sociales con la ayuda de filtros que han llevado la Estética hasta a Marte y muy pronto a Venus. Hay una virus pandémico digno de la mejor ficción publicitaria y oportunista de la democracia parasita -en la basura siempre hay ratas y cucarachas-. Todo es trending. Somos virales. Hacemos mensajes virales, oraciones en cadena, fake news, conspiraciones, reptiles, banderas, talleres de escritura creativa... somos mierda viral ¡Cuánto excremento! ¡Cuánta caída de pensamientos
y cuerpos en el retrete! Somos ese espacio sustrato que se acumula entre la
calle que va de la vida a la calle del olvido, mientras el escarabajo del
azar empuja nuestra suerte para hacerle un hogar acogedor a la Nada.
*Cita random: "No
buscar ni huir de la realidad sino crear, ante todo crear en la acción de
destruir: ¿Cómo se hace felices con esto a los cerebros a través de cuyas
circunvalaciones es devuelto el estiércol del mundo dos veces al día?" K.
Krauss
** Cita personal: Mis manos
reciben el excremento que otros han creado y doy gracias a los dioses el futuro
amor de mi memoria coprófaga.
***
Cita lapidaria en verso:
“Miro mi propia mano derramada
por los sitios más tristes...
en las maderas huecas del olvido
seca con algún polvo
de antigua luz.” Edmundo de Ory
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