Fragmento de una puta novela que nunca publicaré


A la mierda! no sirvo... tres décadas halándome la tripa, a los cuarenta estaré mas solo y más en la mierda que lo que estoy ahora... vaginas lubricas que solo veré tras una pantalla delgada, porque no pretendo salir de esta prisión, porque me aburre el mundo allá afuera, porque me enferma la humanidad con todas sus cochinas morales exhibiéndose impúdicas, morales envidiosas cargadas de odio, morales asesinas que solo obtienen el orgasmo viendo desangrarse en la miseria al otro, contemplando como se suicidan los sueños y los triunfos ajenos. Para eso están los amigos, para verte caer, para regocijarte en tu miseria. Para eso estamos los amigos, para ser los juglares de aquellos que en el patetismo de su vida solo les cuesta bajar la mirada hasta nosotros para sobrellevar un mal día. Porque ellos solo tienen malos días, sujetos como yo simplemente tenemos una mala vida, una vida tan proclive que seguramente apaciguaremos algún día pegándonos un tiro… no tengo nada para decir en mi defensa, ya todas las excusas de mis fracasos han colmado el límite, no me queda más que abrazar la derrota, aferrarme a ella como a un ídolo e implorarle que me del coraje para arrancarme de una buena vez de esta estúpida comedia en la que ya no quiero ser participe. Estoy harto de aguantar las preguntas, las interacciones, las falsas sonrisas, las falsas promesas, los falsos orgasmos, las noches sin alcohol, la responsabilidad y la fatiga que lleva tirarse un bonito coño por más de tres días. Regla de tres no te cojas a una puta más de tres veces, o se enamora, eso dicen los libros historia. Trago saliva esta tarde mientras veo desde este cuarto como las horas se van a la mierda, tan solitarias como yo lo estoy.

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