A los nuevos poetas

Harto ya de los nuevos poetas
Con su cursilería nefasta,
Con su abrojo al olvido y la herencia,
Con su afán presuroso a dulces frases vacías,
A los sentimientos superfluos, y a esquinar la rima
De profundo follaje y arcano misterio.
No es la verborrea lo que les hace listos,
No es el diccionario enciclopédico de naderías,
Ni las pasiones vulgares, 
Ni el gato negro o el perro azul,
No es el lenguaje mismo, ni el corazón encapsulado
Por la algarabía de su hedonismo.
Es mirar con miedo y placer al abismo,
Es sentir vértigo de lo imposible,
Es naufragar en palabras nunca escritas,
Es mentir con la más honesta de las voces,
Es reírse del futuro y el presente anacrónico,
Es mirar el fuego del pasado 
Como la cruda marmoleta de un oráculo
Es redimir a los muertos, cansados de ser muertos
Es de asumir la premisa que antes de hacer poesía
Se ha de ser poeta.

Gacho y avergonzado estoy,
Siendo poetastro de este siglo,
Y mi alma diera ahora
Por un solo verso digno.

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