Respuesta inverosímil de Tómas Moro a Erasmo


Es evidente que la filosofía moderna ha perdido su norte, sacudida por el nefasto auge del siglo de los faunos degollados. Miles de vírgenes ansiosas lloran al ver como alcornoques humanistas son abanderados como faros destinatarios a un paroxismo absolutista de la mentira, cuando es evidente que la luz primigenia se oculta en el culo de una novicia de buenas carnes, que famélica espera la buena presa que pueda hacerle retorcer todas sus lucubraciones enfermizas de una vida recta y sin reproches. Todos los poetas del siglo posterior a la epidermis causada por la monogamia, han decidido no escribir más que tratados de vasectomía para los huevos que cultivan las moscas en sus oídos aquejados de vértigo y silencio. Los peregrinos han decidido hacer huelga y no dar un paso de cangrejo. Valerosos y fieles a sus incongruencias han construido templos fálicos destinados a la enseñanza de la prudencia y los malos placeres. No se puede creer en la reencarnación, tan necesaria, del genio de Sinope, y menos si un par de prostitutas de alta talla han testificado en su contra luego de huir de la escena amorosa sin pagar el cuarto, el licor y el servicio honesto de sus coños. Un filántropo antropófago de nuestros días, pregona el budismo copulatorio, sosteniendo fervientemente junto a su corazón el tratado de libre comercio de excremento aún en su estado en bruto. Nada conmueve más a las señoras que un mendigo gangrenoso de ideas marxistas andróginas, para que le abran tiernamente, salvajemente las pieles de sus pliegues. El oráculo de los risueños a dictaminado, afanosos días de fornicaciones intelectuales estériles, no todo el que piensa puede sonreír y eyacular una gran idea l mismo tiempo, quieren traer de la tumba al cadáver de la sífilis, pero su bigote  ya no puede servir para la fabricación necesaria de cuerdas para violines de un hospital psiquiátrico. Es evidente, que lo evidente en este instante, es que toda empresa cuerda conseguida, no es más que un espejismo de la sombra de una memoria olvidada de la mente de una entelequia angustiada de un espectro menopáusico. Duermen ya los comentarios críticos de los genios, porque los genios son ahora letrinas glotonas, bancos de información cifrada para que un rey analfabeta se sienta cómodo hablando de la hambruna psicotérmica de la población caribeña de los páramos. Don Erasmo de Fideo ha dado un ultimátum, y a amenazado con degollar una a una las lagartijas que salen de las fosas nasales de Epicuro, si sus peticiones no son escuchadas, todos aquellos que se engañaron con ser sofistas, deben encender sus ojos y tergiversar la percepción de sus recuerdos, porque no todo lo que un loco dice en su cabeza es cierto y los sueños no son más que la razón para cambiar de almohadones de plumas por unos de plomo y pólvora. Repito de nuevo las palabras nunca proferidas en el lecho del señor de arena: para mantener tu cama ardiendo, nada más propicio un eunuco y dos gráciles doncellas, bañados todos en inflamable esencia petrolífera mientras tu, querido observador sonríes con la picha arriba y enciendes un puro y tiras descuidadamente la cerilla ardiente en el colchón.

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