Soy un
inconstante, inconsciente
Un prófugo del
sino, un indecente.
Aquel que jura
sin moral alguna,
Que miente a la
diosa del engaño,
Que cínicamente ausculta
en la rosa
El veneno negro de su prosa.
Soy el holgazán
que pide aplausos,
El necio que se
llama sabio,
El embustero
mudo, el santo huraño.
Armado de
supuestos sólo sabe
Armar denuestos
Y crear bártulos entre
los sordos
Y algarabías entre
los mudos.
Soy de los que
piden gloria en el olvido
Y auxilio pronto
en el exilio,
Justicia luego
de cometer yo, el crimen
Tiro la piedra e
inculpo al manco.
Soy un miserable,
un dios infame
Una palabra, una
voz laudable.
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