Llevo días alejado de la literatura, luchando intensamente por hacerme
artista, he cambiado la pluma por el pincel, lanzo colores al azar, buscando la
efigie perfecta, pero a medida que ejecuto nuevas corvetas pictóricas descubro
una especie de símil aletargado y grotesco con el mundo de las letras. Se que
algunos han mencionado este hecho y algunos idiotas hasta se han puesto en la
tarea de mutar un arte en otro, más no es eso lo que me conmueve y me produce oprobio
hacia mis actos, no, no es nada eso, es la atroz premonición que aparece en
frente de mi, un espectro horrible que no logro disuadir ni con alcohol, ese monstruoso
fantasma que me perturba el sueño y carcome mis mas emprendedores proyectos,
ese asesino voraz y silencioso que palpita en mi frente, ese maldito demonio
profeta que me grita dentro del cráneo: ¡Fracasado!
Comentarios
Publicar un comentario