No digas que me
extrañas querida mía,
No sabes el
daño infame que me haces,
Mientras tú me
buscas en las sombras
Solitarias,
Yo busco
perderme en la noche de la tierra,
No intentes
retenerme en este tedioso círculo,
Mis alas están
cansadas y mi halito caduco,
No sabes la
imperiosa lucha que he tenido,
Cuantas veces
fui vencido, y aun así
Por tu mirar y
tu memoria
Seguí en pie,
hecho cenizas,
Pero mi espada
se ha rendido,
Mis escudos hoy son sal.
He disipado mi
suerte en altares
De locura y
embriaguez,
Me he escondido
en tus sueños,
En la forma
luna de tu seno, pero…
Ya todo es
tontería, de nada sirven
Los caminos,
solo atisbo
El gran
silencio, ese que el amor ha calumniado
Que mil
cerrojos le ha impuesto,
Porque la dicha
no es en vida, ni en la experiencia,
Ni en los
anhelos, el movimiento es tortura,
Algarabía sin
sosiego, embuste que no cura.
Simplemente
amor, concedeme el olvido
Si realmente
procuras esa palabra infame,
Demuéstralo
dejando la puerta abierta
Para que pueda
huir en la madrugada muda.
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