Solo una cosa
pura tiene nuestra mente
Esa que la
memoria vanamente llama
Olvido.
Ese placido
desierto de nuestros recuerdos,
Esa laguna adormecida
en las solidas cuencas
De nuestro
intelecto.
Aquella forma etérea
que se funde con la arena
Y con el viento
Que inútilmente intentamos
enjaular en el lenguaje,
En la criatura utópica
de una imagen ya cifrada,
En el eco tuerto
de una sinfonía,
En el colorido
paisaje de una marina.
Dura fatiga
conseguimos y un enclenque
Estereograma de
la nada,
Esa nada fue ayer
y que ahora y nunca
Nos ha de
pertenecer.
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