¿Porque me dejas alma mía?
¿Por qué huyes de este oscuro devenir?
Sé que no pude ofrecer un cielo inmaculado
De mágicas noches.
Porque soy un paria y un bastardo,
Un peregrino innoble en la tragedia
Porque mi sino fue el poema fatal..
Ahora que no fumo y bebo poco,
Me babeo como un idiota esperando el día caluroso
De mi muerte sin cuervos.
Ahora me duele la espalda de tantos recuerdos
No me califiques de pendenciero, fascista o canalla
Simplemente el odio vive en mi desde el embrión
Y se ha alimentado con la sal de este mundo cruel,
Solo soy la bestia sin yugo que reina en la lejanía.
No puedo mirarte ya con ojos inocentes
Porque mi ángel a muerto en el estío,
Famélico y solitario, así como suelen morir
Los ángeles olvidados.
Aun aguardo tu llamado desde esta inmensa bruma
Que me ampara desde tu abandono.
Espero que aun conserves los demonios y los duendes
Que sembré en tu juguetona cabeza.
Me abandonas como lo hicieron antaño las otras princesas.
Eres mujer, serpiente, instrumento de infortunio,
Sádica y suprema.
Me has hecho a un lado porque nunca
Te ofrecí una prisión de ensueño,
Porque jamás he creído en el egoísmo
De una pasión humana y de dos cuerpos.
Quizás ahora , fuera de este limbo negro
Puedas mancillar la felicidad irrisoria
De los ciegos.
Quizás ahora, yaces plena columpiándote
En aquella pequeña jaula de oro que no pude
Hacer para ti.
Mis rudas manos no son como las de Thalos,
Mis rudas manos solo sirven para destruir
Los muros, para flanquear adversarios de la risa.
Seguiré el sendero que la lluvia me ha trazado
Porque estoy condenado al destierro de lo humano
y lo sagrado.
Tú que nunca comprendiste aquel desprecio mío
A todo lo mortal y perecedero.
Recuerda que este alquilado cuerpo será
Devorado por los perros en la mañana
Y mis restos en la noche engordaran a
Los gusanos ladinos.
Te pido perdón de la forma más sutil que mi monstruosidad
Puede brindar a tu orgullo y vanidad.
¡He aquí mi furia y mi desdicha al desdicha al desnudo!
Ahora temes y huyes a mis ojos, a la mirada del lobo
A estos ojos siempre míos de demonio.
Este soy yo.
Y aunque muchas lunas presumimos estar juntos,
Siempre te fui infiel, y la soledad siempre me besó
En la frente cuando tu desviabas la mirada o te marchabas.
Ya no existe vuelta de hoja y no tengo ganas de cambiar
El semblante en tu cara por ver quién soy realmente.
Tú que siempre buscabas un refugio y yo que soy
Tormenta silenciosa que asechó tu trémulo corazón.
Quiero ver tu miedo cuando leas esto,
Quiero saborear tu incertidumbre, quiero verte frente a frente
Antes de haber perdido el poco de humanidad
Que aun reside en mi.
Porque un demonio ruge en mi,
Y se que ahora presientes su fuerza,
Su reino que se avecina.
Soy un guerrero maldito condenado a llevar a cuestas
Un inextinguible fuego en el sótano de mi alma.
He aquí la paradoja, yo custodio ese candor
Que tanto sueñas, ese infierno que por temor
No quisiste pedirme.
Pero temo que nadie podrá salvar el Erebo
Que habita ente cuarto de carne pútrida.
Aquel dios de tinieblas vive en mi,
No soy jactancioso ni prepotente
En mis palabras, hueles el azufre
Que suda mi piel.
No es una bendición, es una terrible condena
Que llevare en el abismo de mi boca
Hasta que el caos reclame su trono
En este sucio valle mortecino.
Mis lagrimas se evaporaran
Con los besos de la noche
Y la suerte se echara en la ruleta de un tambor
De plomo inacabable.
David es el nombre pueril de ellos, no el mío,
Siete eternidades crecen en mi fuero interno
Desde los siglos del olvido.
Porque para ser mortal, solo tengo esta pobre vida
Pero para ser eterno tengo una eternidad.
¿Por qué huyes de este oscuro devenir?
Sé que no pude ofrecer un cielo inmaculado
De mágicas noches.
Porque soy un paria y un bastardo,
Un peregrino innoble en la tragedia
Porque mi sino fue el poema fatal..
Ahora que no fumo y bebo poco,
Me babeo como un idiota esperando el día caluroso
De mi muerte sin cuervos.
Ahora me duele la espalda de tantos recuerdos
No me califiques de pendenciero, fascista o canalla
Simplemente el odio vive en mi desde el embrión
Y se ha alimentado con la sal de este mundo cruel,
Solo soy la bestia sin yugo que reina en la lejanía.
No puedo mirarte ya con ojos inocentes
Porque mi ángel a muerto en el estío,
Famélico y solitario, así como suelen morir
Los ángeles olvidados.
Aun aguardo tu llamado desde esta inmensa bruma
Que me ampara desde tu abandono.
Espero que aun conserves los demonios y los duendes
Que sembré en tu juguetona cabeza.
Me abandonas como lo hicieron antaño las otras princesas.
Eres mujer, serpiente, instrumento de infortunio,
Sádica y suprema.
Me has hecho a un lado porque nunca
Te ofrecí una prisión de ensueño,
Porque jamás he creído en el egoísmo
De una pasión humana y de dos cuerpos.
Quizás ahora , fuera de este limbo negro
Puedas mancillar la felicidad irrisoria
De los ciegos.
Quizás ahora, yaces plena columpiándote
En aquella pequeña jaula de oro que no pude
Hacer para ti.
Mis rudas manos no son como las de Thalos,
Mis rudas manos solo sirven para destruir
Los muros, para flanquear adversarios de la risa.
Seguiré el sendero que la lluvia me ha trazado
Porque estoy condenado al destierro de lo humano
y lo sagrado.
Tú que nunca comprendiste aquel desprecio mío
A todo lo mortal y perecedero.
Recuerda que este alquilado cuerpo será
Devorado por los perros en la mañana
Y mis restos en la noche engordaran a
Los gusanos ladinos.
Te pido perdón de la forma más sutil que mi monstruosidad
Puede brindar a tu orgullo y vanidad.
¡He aquí mi furia y mi desdicha al desdicha al desnudo!
Ahora temes y huyes a mis ojos, a la mirada del lobo
A estos ojos siempre míos de demonio.
Este soy yo.
Y aunque muchas lunas presumimos estar juntos,
Siempre te fui infiel, y la soledad siempre me besó
En la frente cuando tu desviabas la mirada o te marchabas.
Ya no existe vuelta de hoja y no tengo ganas de cambiar
El semblante en tu cara por ver quién soy realmente.
Tú que siempre buscabas un refugio y yo que soy
Tormenta silenciosa que asechó tu trémulo corazón.
Quiero ver tu miedo cuando leas esto,
Quiero saborear tu incertidumbre, quiero verte frente a frente
Antes de haber perdido el poco de humanidad
Que aun reside en mi.
Porque un demonio ruge en mi,
Y se que ahora presientes su fuerza,
Su reino que se avecina.
Soy un guerrero maldito condenado a llevar a cuestas
Un inextinguible fuego en el sótano de mi alma.
He aquí la paradoja, yo custodio ese candor
Que tanto sueñas, ese infierno que por temor
No quisiste pedirme.
Pero temo que nadie podrá salvar el Erebo
Que habita ente cuarto de carne pútrida.
Aquel dios de tinieblas vive en mi,
No soy jactancioso ni prepotente
En mis palabras, hueles el azufre
Que suda mi piel.
No es una bendición, es una terrible condena
Que llevare en el abismo de mi boca
Hasta que el caos reclame su trono
En este sucio valle mortecino.
Mis lagrimas se evaporaran
Con los besos de la noche
Y la suerte se echara en la ruleta de un tambor
De plomo inacabable.
David es el nombre pueril de ellos, no el mío,
Siete eternidades crecen en mi fuero interno
Desde los siglos del olvido.
Porque para ser mortal, solo tengo esta pobre vida
Pero para ser eterno tengo una eternidad.
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