
Letras que se detienen en el tiempo, a la espera de un segundo que es inconcebible. Hechizos, diablos, baile de muertos. Cruzar la frontera de lo imaginable, un mundo oscuro de nuevos y desconocidos lenguajes. Desaparece el miedo, todos los temores. La gran duda resplandece con letras doradas en el cielo. Adioses y valijas, un tren en la parada, hay que dar prisa a los pasos, no se debe ser el ultimo en leer un cuento de la propia pálida figura. Corazón petrificado, entre espasmo y espasmo. El halito del ser que se desploma y de los huesos que se pulverizan. La niña dulce, juguetea en el patio, al lado de la fuente, el fiel can moteado la persigue y ladra. La madre a lo lejos no sospecha nada, un viento helado sacude la cabeza de la niña.
El espíritu que asecha, la rienda hacia el mas allá… tan cerca, tan pronto, tan pronto.
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