
Embriágame de arrullos, de caricias que quiero mías,
Devuélveme el vaho de la cacofonía, quiero hundirme en tu carne
Hecha para ser perpetuada, para llegar al infinito de la nada.
No más ridículos artificios, ni literatura aritmética,
Quiero circundarte por la cintura y llegar a tu cuello perpendicular de garza
Y drenar tus suspiros con un ataque implosivo…
Soy el instrumento de tu fantasía obtusa,
La arcilla que se resquebraja en las canteras,
Soy aquel que duerme en el rincón
de tus banalidades, esperando el instante
Para hacernos mutuamente presas y obituarios.
Brutal.
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