EN LA INTEMPERIE



Me dijo: mas recuerdos tengo yo solo que
Los que habrán tenido todos los hombres
Desde que el mundo es mundo.
(Funes el memorioso, J. L. Borges)


“En honor a Miguelángel Navas”

Habrán doblado las campanas en la pálida noche, impávida y muda. Los excesos, la bohemia, la culpa, la resaca del otro día. Menesteroso remordimiento, la dicha y la locura. El buen y escaso vino, la desbordante embriaguez, el verano intenso, violento y letal. El aire en borrascas que tumba y eleva el sueño del artista, ese anhelo de ser inmortal, lejos de todas las marmoletas del mundo. Un cigarro para opacar el infortunio de una raza, de un pueblo. Dinero, dinero, el mono baila por dos chelines y te roba el bolsillo con una pirueta. Azar de las constelaciones terráqueas, Galileo artífice de la duda. El mundo que gira y las vidas que perecen, la flor que se renueva, ¡Viva el canto dionisiaco! Amigos perdidos en el mismo sendero, la brújula averiada, la intemperie engañosa. La hechicera en los árboles que asecha y espera, sin prisa y tirana. -Duérmanse niños que raudo anidare en la bruma de sus almas.-
El cristo en el pecho, ¡oh blasfemia! Judas, Montecristo. Una forma, mil formas en el lienzo. Un color, el mismo color, mil colores. La informal, la musa desnuda, el tonto engaño. -¡Disciplina muchachos! ¡Disciplina! No coma mocos, pinte y no coma mocos que eso es muy feo- la guerra del hombre, la paz de los dioses. Ave que cruza, vaticinando el mal agüero. Alquimia que vuelve rojo al negro. Chillidos horrendos despiertan a Diana, musa, zorra, perra, bastarda. La camita distendida calida y húmeda, Diana cazadora, el animal muerto, tu presa al costado. Cucarachas, cucarachas, revolotean en nuestras patas, la baba amarga de tu sabia, maga, sal y veneno. Insomnio mezquino, no sucumbe el artista, la espada del mal, el escudo del asno, la corona del vicio. –ni ante dios, ni ante nadie me arrodillo, oh madre, ante ti solamente me postro con vergüenza, no soy digno de tu mirada y tu perdón, ¡madre, madre! Te he fallado como siempre. Córtame el cuello y pon mi calabaza en una bandeja humilde, lanza mi cuerpo a los cerdos y las viseras a las ratas.- instante precioso más que el olvido. La memoria que se graba por los actos más frágiles, el placer y la desgracia. El dolor en la panza, los ojos desorbitados, la puta y el sexo colorado. Syd ha muerto, rey soberano, 11 de julio y hoy trece de mayo.

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