Decálogo para declamar poesía

Lo primero que ha de hacer
Quien declama poesía
Es dejar en casa toda su vana
Vanidad e hipocresía.

En desuso esta sin duda
 La exclamación rebuznante
Del poeta burro y atorrante
 Que se cree con esto, muy galante.

Quien declama debería sin cuestión
 Aprender para sí “Autopsicografía”
Tan profundamente que la crea
Parte vital de su propia Biografía.

Ha de asumir sin vergüenza
Que es un vano instrumento
Con el que la poesía se nutre
Sin ser este su único sustento.

No debe soñar el declamador
Leer para algún risible otro
Pues la poesía es el jinete
Y el rapsoda un simple potro.

Y si la poesía que declama
Asegura ser de su autoría
Es casi seguro que este cuento
Ha de creerlo una nimia minoría.

Porque un poema expuesto
Es de nadie en absoluto
Porque al dejar el verso expuesto
Lo ha donado a este mundo disoluto.

Recitar a viva voz, poemas propios
No es más que una tonta tautología
De un tonto colmado de oprobios
Que espera en balde una antología.

Por último, consejo dejo
Que quien mejor da con su dardo
En la diana lirica del verso
Es sin duda alguna un mudo bardo.

Porque no hay mejor verso recitado
que el más mustio y callado
do el poema se niega a todo hado

de interpretación o enfado.

Comentarios