La voz que lleva lo leido (escritura automatica enajenada)



Una boca que ufana ritos, placeres concretos, con un vaho que estremece el desierto. Oculta está la voz que pronunció el comienzo de la agonía, el canto de la cópula y la crápula de los muertos. Carece de sentido la sintaxis de su prosa, la elocuencia de sus gestos no alcanza a revivir el corazón de las sirenas que aún esperan sobre las olas el regreso de Odiseo.

El poeta ha perdido la cabeza por una mujer que ha sido fuego intemporal de todas las atrocidades del mundo. Ahora quiere desprenderse de la carne y dejar salir a jugar a su daimon, esa almita en pena que se da tumbos contra los muros de la razón. Ha blasfemado ante las piedras druidas, ante sus maestros y sus discípulos, ha sonreído a la pasión que solo le es lícita a los volcanes y las grandiosas fuerzas destructoras de la naturaleza. Sus runas la heredo un niño que sin dientes ha impostado con ellas unos colmillos, al lado de una anciana sorda que susurra al viento una historia que hará temblar el pasado de un emperador olvidado.

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