-Deja de tocarme la pija cuando
estoy filosofando…-
-¿pero si la tienes tiesa… qué más
hago?-
- déjala quieta, que mi pija esta
filosofando… no ves que con la pija tiesa las lucubraciones navegan con más
fuerza por todo el torrente sanguíneo, desde el glande hasta mi otra cabeza. Las mejores ideas literarias
me vienen con los huevos llenos. Y si por indelicadeza y majadería tuya, me
drenas la leche, te llevas la savia que posiblemente empamparía en dos
cuartillas de un verso…. No ves acaso, que el deseo es el motor que hace girar
toda esta nave, este loco universo de posibilidades fallidas, de coitus
interruptus, de pelotas azules y princesas rosas, de paraísos de heno, de… de…
déjame la pija quieta, que me vuelves desmemoriado, que me descentro de mi meta
antiorgásmica que busca irremediablemente el orgasmo literario. Preferiría en
este momento que fueses como esas venos sin brazos, hermosa efigie que solo
puedo contemplar, que no me puede tocar, descabezada y muda, que no puede
hablarme pero que me dice tantas cosas, con los pechos al aire para llenarme de
un heroico instinto lúbrico, de una calamitosa pasión que solo puede saciarse
en la batalla de la sangre y de la carne… Quédate quieta, date la vuelta,
quiero morder tus nalgas y emular al primer hombre que mordía en Eva ese fruto
pecaminoso que procura la sabiduría y la desgracia de toda la humanidad…
-Realmente sabes cómo desplomar
la calentura de una chica… siempre he creído que los poetas saben cómo usar la
lengua pero veo que en tu caso, la lengua te sirve menos que los dientes… sh..
shh.. Toma pues mi culo y comételo en silencio, y quizás así podemos terminar
la fiesta en paz…
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