Arte por Richard Müller
Gratificante y
devastadoramente podría a su vez entregarme a relatar los diarios paupérrimos e
inexorables quizá, de mis más recientes experiencias. Pero el terror que
circunda en cada acto pretérito me nubla y entumece cualquier intento de revolución
en mi organismo, en cada uno de los pensamientos más elaborados y por ende más
infecundos que he gestado en la cuna de mis derrotas, me imposibilita... Estoy pálido y ojeroso,
pero nadie puede notarlo, todos simulan verme igual que siempre, este tipejo
jovial, que siempre tiene una sonrisa para todos, aquel que en sus bolsillos
mentales siempre guarda chascarrillos para vomitar como ramilletes infinitos de
flores azules, en la saudade silenciosa que sacude a todos los autómatas de
esta ciudad enfundada por las auroras mortecinas y los sueños suicidas del os
mosquitos. Es probable que el calor haya provocado destrozos irreparables en mi
melancolía, es probable que el infierno que se cierne sobre las cabezas este
devorando inmisericorde cada esperanza cultivada en el viento trágico de una
mentira. Duermo pocas horas, pero me paso gran parte del día en la cama,
mirando para el techo, no logro concentrarme en lecturas que podrían en un ayer
liberarme de esta pasma, de este amortiguado aniquilamiento… creo que es
gracias a la lluvia, que he levantado el culo del camastro y me he sentado a
escribir. Esa lluvia repentina y fugaz, ha permitido que por lo menos me cifre aquí
y ahora frente a una pantalla en blanco que no me dice nada pero a la cual
quisiera confesarle todos los pecados que jamás he cometido. El absurdo y la
quietud son el signo que se dibuja hora tras hora sobre las tablas carcomidas
del techo. La monótona queja parasitaria, retumba como un eco ancestral de orugas
que me parieron en sus sueños mucho antes del tiempo, pero no habito en una crisálida,
antes lo soñé, pero los sueños son falacias semejantes a la vigilia, no soy más
que la envoltura de algo que yace en mi, algo muerto, pútrido y gris, algo que
no tiene nombre pero que grita desde su tumba por que necesita ser nombrado
para morirse en paz. Quisiera detenerme y contemplar el vacío para que…
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