Una extraña carta llegó hace un par de semanas al ministerio de cultura de
Praga. El contenido de esta ha generado un total desconcierto, y tamaño revuelo.
Al comienzo se pensó que era un elaborado ardid, un perverso chiste de mal
gusto y una condenada farsa de algún detractor,
enemigo del buen nombre de las letras Checas, o simplemente, el producto insano
del divertimento de un exentico aristócrata bastardo de la extinta dinastía del
archiduque Francisco. Pero luego de las pertinentes investigaciones y
comparativas que se han hecho frente a la caligrafía y la firma del supuesto artífice,
es innegable la fidelidad de su puño y letra.
En sus manos dejo entonces, el brevísimo contenido de esta carta, para que
sea usted quien impute el veredicto, del curioso párrafo confinado allí:
“Pobres los fieles y los
esperanzados! De ellos será el reino del asombro… Aprovechando la infructuosa
muerte de mi querido amigo, tuve el coraje para hacer pública, esa otra vida mía,
esa que jamás exhibiría con mi nombre. Valiéndome así, descorazonado y usurpador,
del rostro y el recuerdo de mi amigo extinto, para sacar a la luz, ese otro que
soy yo, ese demonio que siempre ha estado a la sombra… Así como el Quijote, según
he soñado, es producto de un febril Sancho, en símil, aquel tuberculoso y
ambiguo, Señor K, no es otro más que su querido servidor, el Señor B.”
M. B.
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