días infertiles




Hace días que mi verga literaria esta fría, por la ventana de mi estéril fantasía no se asoma  capullo alguno, que aligere este bloqueo, esta impotencia para hacer empuñar mi daga en pos de un escrito digno de la más sucia pornografía. El insomnio parece abandonar el calor trémulo de mi cama yo he de padecer solo en el infame mundo de las sombras y el aburrimiento de los sueños que no quiero comprender. La fatiga ha hecho de mí un guiñapo amalgamado entre el tedio, la modorra y la locura, pero no esa grata locura que engalana el genio, si no esa puta locura que padecen los enfermos que caminan y dormitan con la saliva seca hacia el trabajo, hacia sus inmundas vidas suicidas, de casitas rosadas, y perros puddle que parecen tener el labial del pene siempre a su disposición…. Aun conservo un poco de obscenidad para salvaguardarme del pudor de los idiotas que se devoran los genitales con recelo. Porque una palabra PUTA bastará para salvarme… hijo peregrino de los copuladores clandestinos, de las mujeres ciegas de mil agujeros, del renacuajo que engulló al ganso bando, la constelación de meretrices que custodia todo mi sistema sexual reprimido. Un pequeño verso libidinoso se esconde bajo mi almohada, no es el recuerdo de ninguna aventurilla pasajera, es la ilusión de aquel coito que extravié en la escritura amanuense de una carta amorosa a una querida mueca que me procuraría un felatio inimaginable… sigo escribiendo sin un faro, pues el mío esta caído en el letargo del absurdo trajinar de los días, de los monótonos días que me asemejan al simio que usa sombrero y sonríe a las feas señoritas tras los barrotes en verano, anhelando que le tire un banano.

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