... la marea de... fragmentos y dudas


No sé qué putas quiero pero no quiero tu confort, ni seguir el camino, ni atisbar las curvas ni los limites, no quiero que el tiempo se detenga pero no me apuro en seguir su rastro, no quiero vender mi alma a ninguna corporación, payaso o bandera. No soy un tipo fácil de articular, empaquetar o figurar, soy incertidumbre, vergüenza, deshonor, habladuría, poesía en hojas secas, rituales interrumpidos, cigarros sin probar, hielo en el vaso, una boca húmeda que te anhela y te rehúsa, perdición y anatomía, velocidad cerebral que se estrella contra el muro, presión de válvulas en fabricas clausuradas, el rojo de tu lengua, el amarillo de mi bilis, el negro de nuestros corazones, el mar embravecido, los oídos abiertos, la verga sin empalmar, la locura en frasquitos de barbitúricos, tu… fragmentación agitada, manojo de rupturas, imperfección divina, levar anclas, lanzar el timón por la borda (y a la mierda) , dejarme llevar por la insanidad del naufragio, un cobarde, un canalla, la rosa que se deja sobre la carta amante, el residuo del bidé que nadie quiere limpiar. ¡Oh vida irrefrenable y crapula! ¿Por qué no me sueltas de tus redes? ¿Para que mirar y mirar si con tocar tus tetas se hacen humo, si mi esperma es aurora que nunca ha de venir? y escucho tu voz que me llama desde una isla desconocida, veo tu culo ampuloso flotando sobre el mar y el rictus famélico de tu rostro que suplica ¡hundemela! ¡hundemela! pero no sé nadar más que en palabras, me ahogo en las caricias de tus dedos, en la profundidad de los poros de tu piel, en la insondable turbulencia de tu cuerpo. Desamparado, bruto, torpe, un chiquillo insolente e inocente, un hijo de puta que no sabe reír y cantar mientras chupa un coño dulce como la absenta… Blasfemia de lujuria, ficha absurda de ajedrez, el mundo en el ojal y yo caminando sobre un insignificante hilo hasta tu cuerpo.

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