Quisiera desnudar
tu infancia
De ese rostro
adolescente
Quisiera deshojar
tus rosas
De ese valle
insipiente
Quisiera
abandonar tus ojos
Y depositarlos en
mis miedos
Quisiera aullar
tus ecos
De loca
insensatez
Quisiera vomitar
mis versos
En tu boca de rubí
Quisiera que tu
aurora
Reposara sobre
mí.
Quisiera conocer
tu olvido
En las sacudidas
del mar
Quisiera tus
promesas
Dilapidadas por
tu piel.
Trashuma un halito
sagrado bajo la tormenta
Donde tiembla
inquieto mi deseo
Que postrimero
luego del fatuo rito
Se hará éter con
la decepción del cielo.
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