No se puede dejar de lado la influencia del momento, un libro de Kerouac en la mesa de noche, junto a la continuación de la crucifixión rosa. Una mescolanza de John Coltrane mientras voy por los caminos de Norteamérica en los cuarenta, tomándome un café instantáneo, escuchando el zumbar de los mosquitos en el sur, añorando ver de nuevo New Orleans, abandonar la gran tristeza que me produce New york con sus autómatas, envidiando a los suicidas de los rascacielos... hacen ecos las premisas de John Cage, la forma es un obstáculo, el mejor sonido es imprevisto cargado de silencios, de circunstancia que respiran vacio, olvido. Estoy envinado por la literatura norteamericana, quiero devorar las líneas de John Fante, perderme en las calles sin retorno de Dos Passos, en la miseria de Steinbeck, naufragar con Hemingway... Miller en su gloria... generación perdida, la generación encontrada, los discípulos del hambre del noruego proscrito por su vida mas no por su obra sublime. Los orígenes y las influencias se confunden en mi deseos literarios postergados en mi pequeña vida de confort y anacronismo. senderos que se repiten iluminados por maestros que aun permanecen en las sombras ante mis ojos núbiles.
No se puede dejar de lado la influencia del momento, un libro de Kerouac en la mesa de noche, junto a la continuación de la crucifixión rosa. Una mescolanza de John Coltrane mientras voy por los caminos de Norteamérica en los cuarenta, tomándome un café instantáneo, escuchando el zumbar de los mosquitos en el sur, añorando ver de nuevo New Orleans, abandonar la gran tristeza que me produce New york con sus autómatas, envidiando a los suicidas de los rascacielos... hacen ecos las premisas de John Cage, la forma es un obstáculo, el mejor sonido es imprevisto cargado de silencios, de circunstancia que respiran vacio, olvido. Estoy envinado por la literatura norteamericana, quiero devorar las líneas de John Fante, perderme en las calles sin retorno de Dos Passos, en la miseria de Steinbeck, naufragar con Hemingway... Miller en su gloria... generación perdida, la generación encontrada, los discípulos del hambre del noruego proscrito por su vida mas no por su obra sublime. Los orígenes y las influencias se confunden en mi deseos literarios postergados en mi pequeña vida de confort y anacronismo. senderos que se repiten iluminados por maestros que aun permanecen en las sombras ante mis ojos núbiles.
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