Esperanza

Muñeca encantada, nunca te dejare sola
En el valle de siniestras sombras,
Aunque mi cuerpo exánime caduque
En el fuego inmisericorde y frío,
Un espíritu de amor te cubrirá con su candor.
No te asoles alma mía, que la aurora pronto
Arrima y los demonios de los días
Se irán con el vaivén de esta vela.

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