Vagabundeando con mi soledad, viendo el reflejo de la tristeza en la lluvia, el rostro de aquella que huye de mi memoria. Charlas ridículas, tragos amargos, risas postizas, vacio, vacio, puto vacio. Contemplo en los ojos de la ciudad y ninguna maldita alma liberadora. Quiero olvidarme del mundo, perder la esperanza, ser un idiota, el hombre más feliz del mundo… Pero esta sórdida cabeza me tiene con insomnio martillando mi fracaso en una lapida luminosa de estiércol… los ángeles me abominan, soy una bestia asquerosa que ni el averno acepta… cochina fachada intelectual, el monstruo adverso. Jamás Narciso, Cupido cabrón… Todo es efímero, ilusión, seguiré siendo el mismo cerdo asqueroso ante los ojos de la gente. Por más que luche con arrojo contra el absurdo sino estaré condenado a la amargura de los espejos… prefiero ser lucido, honesto y fracasado que mentir a mi sombra baladí…

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